Moira Thaurissan dice: A los señores de las Tierras de Fuego les daban igual los Hierro Negro. Atormentaban a los que podían.
Moira Thaurissan dice: A menudo me preguntaba: si tanto odiaban a todo el mundo, ¿no se odiarían a sí mismos más que a nadie?
Moira Thaurissan dice: A pesar de la muerte de su guardián, la puerta seguía cerrada...
Moira Thaurissan dice: Al principio, los Hierro Negro fueron las herramientas de mis ambiciones. Luego, me cegó el amor.
Moira Thaurissan dice: Algunos enanos sirvieron al Señor del Fuego de buena gana por ambición. Y por crueldad.
Moira Thaurissan dice: Cómo sonrió Dagran...
Moira Thaurissan dice: Condenó al clan Hierro Negro a la servidumbre.
Moira Thaurissan dice: Cuando cayó la Caldera, la crueldad de los Hierro Negro se recrudeció. Y decidieron unirse al Martillo Crepuscular.
Moira Thaurissan dice: Cuando se quedaron sin trabajadores, empezaron a enviar a los suyos, a los Hierro Negro...
Moira Thaurissan dice: Dagran Thaurissan II. En honor a su padre. No quería que la gente olvidara de dónde venía. Ni lo bueno ni lo malo. Todo.
Moira Thaurissan dice: El Lyceum. Una burla a su nombre. Allí no se debatía nada.
Moira Thaurissan dice: El señor feudal hechicero Thaurissan invocó a Ragnaros en la Guerra de los Tres Martillos.
Moira Thaurissan dice: Esperaba poder cambiarlos. Cambiarlo... a él.
Moira Thaurissan dice: Forjatiniebla guardaba muchos secretos. Incluso a mí, su reina regente. Como lo que hay más allá de la Ruta Hierro Negro...
Moira Thaurissan dice: Hasta las tabernas estaban llenas de peleas y gritos. Y no del tipo divertido.
Moira Thaurissan dice: Ley marcial. Un pueblo en guerra. Los Hierro Negro se sentían malditos. Solo quedaba la violencia.
Moira Thaurissan dice: Los Hierro Negro esclavizaron a muchos para trabajar en las minas y en la maquinaria de guerra.
Moira Thaurissan dice: Los Hierro Negro, los Barbabronce y los Martillo Salvaje. Un único pueblo de nuevo.
Moira Thaurissan dice: Me cegaba el odio hacia mi padre. Me cegaba mi orgullo. Quería más.
Moira Thaurissan dice: No excusaré las acciones de los Hierro Negro. Ni las mías. Tenemos sangre en las manos.
Moira Thaurissan dice: No todos los Hierro Negro de la Ciudad Forjatiniebla aceptaron servir a Ragnaros.
Moira Thaurissan dice: Ojalá Dagran pudiera verlo. Los Hierro Negro, libres. y el líder en el que se está convirtiendo nuestro hijo. Estaría orgulloso.
Moira Thaurissan dice: Otros... por lealtad a la familia Thaurissan.
Moira Thaurissan dice: Pero Dagran habría quemado su clan hasta los cimientos antes que aceptar la paz.
Moira Thaurissan dice: Pero no puedes comértelas...
Moira Thaurissan dice: Pero sé cómo acaba esta historia, adalid. Y no soportaría verlo.
Moira Thaurissan dice: Ragnaros los controlaba y solo nos usaba como peones. Nada más.
Moira Thaurissan dice: Se usaba para reunir al ejército Hierro Negro. Como casi todas las Profundidades de Roca Negra.
Moira Thaurissan dice: Todo el tesoro se destinó a las guerras sin fin de los Hierro Negro. Yo ofrecí mis joyas para la causa.
Moira Thaurissan dice: Tras derrotarnos, nuestros enemigos nos liberaron, y encontramos la paz en la Alianza. Como iguales.
Moira Thaurissan dice: Y mi pequeño Dagran. Mi hijo. Un símbolo de nuestra unidad y el legado que mi marido nunca llegó a ver.
Moira Thaurissan dice: Y no ponen huevos...
Moira Thaurissan dice: Yo esperaba que se escucharan esas voces. Que ganaran poder, fuerza... Fui una necia.
Moira Thaurissan dice: Yo quería que Dagran fuese emperador, no un sirviente. Quería que gobernáramos juntos.
Moira Thaurissan dice: ¡Pero esa es la gracia de las gallinas! ¿Para qué sirven las tuyas?
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